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Lo que pasa en la bolsa…

La caída de los mercados internacionales registrada en las últimas semanas podría ser un augurio de problemas para todos.

Existen dos explicaciones generales para entender esta tendencia negativa. Por un lado, puede ser que la caída de valores forme parte de un ciclo de corrección propia del mercado que debe preocupar principalmente a los inversionistas.

Sin embargo, otra interpretación más sombría afirma que el ajuste es una manera en la que los mercados se preparan para una situación económica difícil con crecimiento estancado.

Las divisas de mercados emergentes, México incluido, también han registrado caídas importantes desde mediados de año
Para los mercados de EU, las malas señales son la caída del S&P500 y baja en los rendimientos de los bonos
http://youtu.be/O0M3sRujscA

La caída de los mercados internacionales registrada en las últimas semanas podría ser un augurio de problemas para todos.

Existen dos explicaciones generales para entender esta tendencia negativa. Por un lado, puede ser que la caída de valores forme parte de un ciclo de corrección propia del mercado que debe preocupar principalmente a los inversionistas.

Sin embargo, otra interpretación más sombría afirma que el ajuste es una manera en la que los mercados se preparan para una situación económica difícil con crecimiento estancado.

Para los mercados estadounidenses, los malos indicadores están en todos lados. Éstos incluyen la fuerte caída del índice accionario Standard & Poor’s 500 (S&P500), el desplome en los precios de los commodities, y la baja en los rendimientos de los bonos gubernamentales a largo plazo.

Y Estados Unidos no es el único lugar en donde los mercados han vivido jornadas negras, ya que los principales índices accionarios y divisas de mercados emergentes como Brasil, Rusia, Corea del Sur y México también han registrado caídas importantes desde mediados de este año. 

Esto también incluye a Europa, donde el estancamiento económico sigue pesando sobre la mayoría de los países de la zona euro.

Pero el caso estadounidense es particular, porque a diferencia de otros países los indicadores económicos estadounidenses pintan un panorama positivo, con la tasa de desempleo alcanzando su nivel más bajo en seis años y la inflación manteniéndose estable a pesar de la intervención monetaria sin precedentes de la Reserva Federal.

La pregunta ahora es cómo leer los problemas en los mercados. Por un lado, podría tratarse de una corrección que no tendrá un impacto más allá del corto plazo y que atañe más a los inversionistas que al público en general. 

Pero también podría tratarse de una señal preocupante: que la economía global es aún más débil de lo que se pensaba y las cosas pronto irán de mal en peor para todos.

Las dos interpretaciones

La caída de las últimas semanas en los mercados pueden significar dos escenarios muy distintos:

Lo rescatable

> En promedio, los mercados internacionales han registrado tendencias positivas que culminaron en máximos históricos. El Índice de Precios y Cotizaciones de la bolsa mexicana tocó este punto el 8 de septiembre. 

> En este contexto, la caída de la bolsa podría significar un ajuste de los fenómenos experimentados en el año. Después de un crecimiento extraordinario por motivo de políticas monetarias laxas, vuelve el equilibrio. 

> Aunque la situación en los mercados se ve oscura, algunas de estas situaciones de hecho resultan en mejorías para los consumidores, como en el caso de los menores precios de energéticos y de alimentos.

Lo preocupante

> Las caídas observadas en los rendimientos de los bonos gubernamentales a largo plazo señalan que los inversionistas sostienen expectativas cada vez más pesimistas para las economías involucradas.

> Indicadores como éste además señalan que el pesimismo de los inversionistas no cubre sólo la situación económica global, sino también la capacidad de las autoridades para responder a ésta de manera efectiva.

> El comportamiento del mercado podría representar una mayor desaceleración económica para el futuro. En otras palabras, que estamos peor de lo que en un principio se pensaba y enfrentamos un futuro incierto.

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