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El ‘terremoto’ perfecto

El costo económico del sismo, la decisión de la Reserva Federal de comenzar a desmantelar su hoja de balance y las elecciones de 2018 se conjugan para dar lugar a un peligroso cierre de sexenio para la economía mexicana

“Todo lo que se ignora, se desprecia”
Antonio MachadoPoeta español

En el inicio del sexenio, la economía mexicana daba muestras de solidez macroeconómica, de un dinamismo moderado, de una mejora sustancial en las perspectivas de largo plazo a raíz de la expectativa generada por el proceso reformista, y sobre todo, de una noción de estabilidad prolongada.

La coyuntura no podría ser más diferente ahora que la administración de Enrique Peña Nieto se encamina a su último año de gobierno.  Los costos económicos del sismo, cuyo cálculo aún no se ha hecho público por las autoridades, se suman a un escenario en el que México se juega su modelo de industrialización y desarrollo en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Esto ocurre, además, en un contexto en el que la política fiscal y la política monetaria han asumido posturas defensivas de austeridad y restricción.

Los pronósticos de crecimiento, pese a que recientemente se modificaron ligeramente al alza, exhiben esta condición de la economía mexicana. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, cuyas estimaciones suelen ser optimistas, espera que el producto interno bruto del país crezca entre 2 y 2.6 por ciento este año, muy por debajo de la promesa gubernamental de inicio de sexenio de que se crecería a tasas de alrededor de 5 por ciento en los años finales de esta administración.

Los costos económicos del temblor, cuyo cálculo aún no se ha hecho público por las autoridades, se suman a un escenario en el que México se juega su modelo de industrialización y desarrollo en la renegociación del TLCAN

Cambio en la Reserva Federal

Los eventos recientes podrían modificar significativamente el curso de la economía. No sólo se trata del sismo, sino de la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de comenzar a desmantelar su hoja de balance, cuyo proceso marca un antes y un después en la dirección de la política monetaria que ha definido en gran medida la dinámica de los mercados financieros en el periodo posterior a la crisis.

Esto implica que el banco central estadounidense asumirá una postura agresiva que pondrá fin al sostén artificial de los mercados, una condición que permitía a los inversionistas globales mantener una mayor exposición al riesgo. Es decir, tal como sucedió en el 2013, cuando el banco central anunció que retiraría su estímulo monetario de inyección de dinero al sistema financiero, se espera que los mercados emergentes reaccionen visceralmente a esta decisión, considerada como el mayor cambio en la política monetaria estadounidense desde hace cuatro años.

No se trata de algo menor. Los activos de la hoja de balance de la Reserva Federal se incrementaron desde un nivel de 865 mil millones de dólares en agosto de 2007 a un nivel actual de 4.45 billones de dólares.

En México, este fenómeno ha sido notorio. Después de que la Reserva Federal emitió un comunicado explicando su postura de política monetaria, el riesgo crediticio de los bonos soberanos mexicanos a cinco años (medido por un instrumento denominado CDS, Credit Default Swap en inglés) presentó su mayor aumento desde el día de la elección presidencial de Estados Unidos del 2016.

La percepción del mercado también se reflejó en el tipo de cambio, que pasó de golpe de los 17.64 pesos por dólar a los 17.84 pesos por dólar. El consenso de analistas argumenta que si se extiende el fortalecimiento generalizado del dólar, la depreciación del tipo de cambio podría complicar el manejo de la inflación.

Banco de México ha elevado su tasa de interés de referencia en 400 puntos base desde diciembre del 2015, un aumento sustancial que ha significado una carga adicional para una economía que de por sí cuenta con problemas estructurales de bajo crecimiento.

El más reciente comunicado de política monetaria del banco central mexicano explica que las expectativas inflacionarias todavía se encuentran ancladas y que la inflación, cuya tasa anualizada de agosto fue de 6.66 por ciento, comenzará a converger hacia el objetivo oficial de 3 por ciento.

Después de que la Fed emitió un comunicado explicando su postura de política monetaria, el riesgo crediticio de los bonos soberanos mexicanos presentó su mayor aumento desde el día de la elección presidencial de Estados Unidos

2018: año de elecciones

No obstante, el efecto de una depreciación adicional del peso frente al dólar, cuya caída acumulada desde 2014 es de 35 por ciento, sería incierto en un año de elecciones. Datos de Banco de México muestran que la emisión y circulación del dinero suele incrementarse en años electorales. El consenso de analistas refiere que las elecciones mexicanas suelen ser muy cerradas, debido a que las opciones políticas relevantes están divididas en tercios. En una contienda de esta naturaleza, el dinero hace la diferencia. En un contexto de inflación creciente, esto implicaría un deterioro adicional del cuadro macroeconómico

Además, el análisis político convencional sugiere que la elección de 2018 será una de las de mayor polarización en la historia reciente. En la opinión de JP Morgan, Citi y Moody’s, Andrés Manuel López Obrador, el candidato puntero en las encuestas de cara a 2018, sigue siendo un factor de volatilidad para los mercados.

La incertidumbre política, la repatriación de capitales hacia Estados Unidos que ha incentivado la Reserva Federal y los costos económicos del sismo se conjugan para darle validez a la máxima del sistema político mexicano de que el último año de un sexenio priísta suele ser el peor.

2 - 2.6%
Crecerá la economía mexicana en el 2017, de acuerdo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público
6.66%
Fue la inflación anualizada del mes de agosto, la cual se podría exacerbar si el tipo de cambio sigue una trayectoria de depreciación
3.5
Billones de dólares se han incrementado los activos de la hoja de balance de la Reserva Federal, la cual comenzará a ser desmantelada en el corto plazo
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