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El crecimiento de siempre

El crecimiento económico continúa siendo el nudo gordiano del desarrollo de México. El país se encuentra estancado en un rango de mediocridad que encuentra difícil de superar la tasa de crecimiento anual  promedio de las últimas tres décadas: 2.3 por ciento.

De acuerdo al último reporte trimestral del INEGI, el Producto Interno Bruto de México se expandió 2.2 por ciento en el segundo trimestre del 2015 en relación al mismo periodo del año pasado.  El avance de un trimestre a otro fue de 0.5 por ciento.

Las reformas estructurales no se han visto reflejadas en el crecimiento económico como se esperaba
El sector exportador mexicano reporta señales de debilidad de acuerdo con el Banco de México
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El crecimiento económico continúa siendo el nudo gordiano del desarrollo de México. El país se encuentra estancado en un rango de mediocridad que encuentra difícil de superar la tasa de crecimiento anual  promedio de las últimas tres décadas: 2.3 por ciento.

De acuerdo al último reporte trimestral del INEGI, el Producto Interno Bruto de México se expandió 2.2 por ciento en el segundo trimestre del 2015 en relación al mismo periodo del año pasado.  El avance de un trimestre a otro fue de 0.5 por ciento.

A pesar de que los resultados superaron marginalmente las expectativas de un conjunto de analistas consultados por la agencia Bloomberg, el panorama económico de México luce complicado.

La Secretaría de Hacienda reaccionó inmediatamente ante la publicación de estos datos. La dependencia recortó su pronóstico de crecimiento para la economía a un rango de 2 a 2.8 por ciento.

Debilidad adentro y afuera

A inicios de mes, un conjunto de especialistas en economía del sector privado consultados por el banco central redujo su expectativa de crecimiento por onceavo mes consecutivo.

Los recortes de pronósticos se han vuelto una práctica generalizada que pone sobre relieve el deterioro de las condiciones económicas del país, tanto internas como externas.

De acuerdo a las últimas minutas de la Junta de Gobierno del Banco de México, el sector exportador, el conjunto más dinámico y competitivo de la economía mexicana, mostró señales de debilidad. La fragilidad de la demanda externa se reflejó en un declive de las exportaciones manufactureras.

El 80 por ciento de las exportaciones mexicanas se destinan al mercado estadounidense. No obstante, la presencia de las exportaciones chinas, competencia directa de México, se ha vuelto cada vez más preponderante en Estados Unidos. Por si fuera poco, la reciente devaluación del yuan por parte del Banco Popular de China vuelve más competitivos a los productos chinos en el mercado externo.

Por otra parte, el mercado interno se mantiene como un sector que apenas escapa del estancamiento. El Banco de México destaca que datos positivos del consumo y las ventas minoristas impulsaron un ritmo de crecimiento moderado. Aún así, el banco central detalló que existe una pérdida de dinamismo en algunos componentes de la demanda interna.

Reformas insuficientes

El discurso oficial ha insistido en que la implementación cabal de las reformas estructurales es la prioridad del gobierno ya que representa la clave para mayores tasas de crecimiento.

Sin embargo, estas reformas, particularmente la energética y la de telecomunicaciones, no han generado los rendimientos esperados para el país en términos de crecimiento. El gobierno federal argumentó el año pasado que el país crecería a tasas de 5 por ciento para el final de sexenio.  La última encuesta de expectativas económicas de Banco de México sitúa la tasa promedio de expansión para los siguientes diez años en 3.62 por ciento.

El mayor logro de la reforma de telecomunicaciones se ha reflejado en una baja inflación derivada de tarifas telefónicas más baratas. Sin embargo, la inversión en el sector aún no ha marcado una diferencia significativa en el crecimiento.

Asimismo, la reforma energética está siendo implementada en un escenario de bajos precios petroleros. En la primera licitación de la Ronda Uno, la Secretaría de Energía anunció que esperaba inversiones de hasta 18 mil millones de dólares.  La realidad difirió brutalmente con esta expectativa: únicamente se asignaron dos de los 14 bloques licitados y se anunció una inversión de mil millones de dólares.

Después de perder la mitad de su valor, el precio del petróleo sufrió una segunda caída que lo situó en un mínimo de seis años. Mohamed El- Erian, antiguo director general del fondo de bonos más grande del mundo (PIMCO), declaró que el crudo está entrando a una nueva normalidad. Los bajos precios son un factor estructural que llegaron para quedarse.

En ese sentido, el presupuesto mexicano, que obtiene un tercio de sus ingresos a través de la renta petrolera, ha sido ajustado. La Secretaría de Hacienda anunció un recorte al gasto público de 259 millones de pesos para los siguientes dos años. El programa de austeridad aún no comienza a implementarse.

Además, la volatilidad financiera internacional derivada de la expectativa de alza de tasas en Estados Unidos y la devaluación del yuan chino está haciendo estragos en las cuentas de capital de los mercados emergentes. México no es la excepción.

En lo que va del año, el peso mexicano ha perdido cerca del 25 por ciento de su valor. Por otro lado, un alza de tasas en Estados Unidos obliga al Banco de México a elevar su tasa de interés de referencia para evitar una fuga de capitales. Esta medida, de corte restrictivo, tendría un efecto negativo en la actividad económica.

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