Corrupción sube; economía, baja
Las medidas del Gobierno de Venezuela para combatir la corrupción no están teniendo el efecto deseado y el país permanece con uno de los índices más altos de corrupción en el mundo.
De acuerdo al último Indice de Percepción de la Corrupción que realiza de manera anual la organización Transparency International, Venezuela se encuentra entre los países con mayor corrupción en el mundo.
Indigo Staff1.2
Entre las naciones de América Latina, Venezuela es el país con más baja expectativa de crecimiento de su PIB durante este año, tan solo de 1 por ciento
Las medidas del Gobierno de Venezuela para combatir la corrupción no están teniendo el efecto deseado y el país permanece con uno de los índices más altos de corrupción en el mundo.
De acuerdo al último Indice de Percepción de la Corrupción que realiza de manera anual la organización Transparency International, Venezuela se encuentra entre los países con mayor corrupción en el mundo.
De los 176 países encuestados, Venezuela se coloca en el lugar número 9 en el ranking de los más corruptos. Incluso países como Haití y Zimbabwe obtuvieron mejores resultados que el país sudamericano.
Entre los resultados más destacados, el 65 por ciento de las personas encuestadas en el estudio perciben que la corrupción en Venezuela ha empeorado en los últimos dos años.
A pesar de que el presidente Nicolás Maduro ha hecho del combate a la corrupción una prioridad de su gobierno, se estima que más de la mitad de las medidas que se toman para combatir el problema no tienen los resultados esperados.
Uno de los casos más emblemáticos de corrupción es el de la empresa estatal minera Ferrominera, con sus principales operadores procesados en los tribunales venezolanos.
Después de años de protestas por parte de los trabajadores y problemas financieros, el presidente de Ferrominera, Radwan Sabbagh, junto con otras personas vinculadas con la empresa fueron detenida por las autoridades.
Se calcula que los actos de corrupción incluyeron ventas a intermediarios a precios inferiores a los normales y sobornos que ascienden a un total de 1.2 mil millones de dólares.
Sin embargo, muchos suponen que este valor se encuentra por debajo de la realidad, ya que el ministro de la Industria ha declarado que las cifras reales no se han publicado.
Eso no es todo. El mercado negro cambiario ha permitido que el regulador gubernamental Cadivi realice operaciones fraudulentas.
Jorge Giordani, ministro de Planificación, y Edmeé Betancourt, gobernador del Banco Central, estiman que de los 59 mil millones de dólares generados en ingresos por Cadivi, alrededor de un tercio fueron canalizados a empresas falsas.
Las acusaciones de corrupción involucran a figuras importantes de la Revolución Bolivariana del difunto presidente Hugo Chávez.
De manera reciente se hizo pública una cinta donde supuestamente Mario Silva, presentador de la televisión del Gobierno, da conocer las fuentes de financiación ilícita de Diosdado Cabello, miembro político del régimen chavista.
Los números venezolanos
La situación económica de Venezuela no se ha visto en muy buena posición, con una desaceleración del Producto Interno Bruto (PIB) del 0.7 por ciento en los primeros tres meses del año.
Además, entre las demás naciones de América Latina es el país con más baja expectativa de crecimiento de su PIB durante este año, estimando que su crecimiento anual para el 2013 será tan solo de 1 por ciento.
Por otro lado la inflación en Venezuela disminuyó una cantidad significativa en el mes de julio, notando una variación de un 4.7 por ciento el mes pasado a un 3.2 por ciento, viéndose afectada a la baja los precios de los alimentos y medicamentos.
Sin embargo, la situación es preocupante, pues acumulando la inflación mensual en lo que va del año, se muestra una cifra de 29 por ciento total, lo que implica una inflación tres veces de lo que era el año anterior (8.6 por ciento).
En el transcurso del año se ha visto una disminución en el precio de diversos productos de exportación, en especial los productos de crudo, el petróleo, minerales, metales y alimentos, por lo que se cree que se ve directamente afectado por la crisis en la Eurozona y la inestabilidad económica de Estados Unidos y China.
Tras la reciente noticia de que más de ocho países en América Latina decidieron dejar de apoyar económicamente a la crisis de la Eurozona, Venezuela se ve con la presión de buscar alternativas para poder incentivar tanto la inversión como la productividad.
Corrupción en Latinoamérica
Venezuela no es el único país latinoamericano que se enfrenta a un serio problema de percepción de la corrupción.
Argentina, ocupa la posición 102 de la última edición del Indice de Percepción de Corrupción de Transparency International, abajo de países como El Salvador y Tailandia, pero supera en tres posiciones a México.
Brasil, en la posición 69, empata con Sudáfrica, y es percibido como menos corrupto que Italia o China.
En Argentina, el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha sido acusado de ocultar información económica que muestra la situación real del país y de abusar de su autoridad. Además, figuras institucionales que incluyen a ministros de la Suprema Corte de Justicia se han visto involucrados en escándalos, que van desde el enriquecimiento ilícito hasta la prostitución.
El resultado de la situación ha sido una pérdida de confianza en el gobierno de Fernández de Kirchner, que se ha enfrentado a protestas populares recientemente.
En Brasil, la atención se ha desviado del próximo Mundial para enfocarse en las protestas que han surgido, en respuesta a la percepción de corrupción en el gobierno y a las difíciles condiciones económicas a las que se enfrenta el país.
Parte del problema de la corrupción en Brasil, según reporta la revista alemana Der Spiegel, es la cultura de la impunidad que ha llevado a un incremento en el robo y el abuso por parte de autoridades gubernamentales.
Para los mexicanos, ninguno de estos casos se aleja de la percepción que se tiene de su propio país.
Según reporta Transparency International, la mayoría de los mexicanos percibe como corruptos a los partidos políticos, las legislaturas, los medios, las empresas, la policía, los servidores públicos y el poder judicial.
¿Aun más preocupante? Casi una quinta parte de la población mexicana opina que las personas ordinarias no pueden hacer nada para luchar efectivamente contra la corrupción.
