Bannon y el futuro

El exestratega en jefe de la Casa Blanca considera que la llegada de un gobierno populista, sea de derecha o de izquierda, es inevitable. La creciente desigualdad y la disrupción que generará la Cuarta Revolución Industrial alimentan la eventual implementación de un modelo de nacionalismo económico

“El progreso tecnológico meramente nos ha provisto de modos más eficientes de regresión”
Aldous HuxleyFilósofo británico

Dentro o fuera de la Casa Blanca, Steve Bannon, sigue siendo la primer referencia del nacionalismo económico del siglo XXI, un movimiento que promete polarizar a Estados Unidos y cambiar dramáticamente la dinámica de la economía global.

“El gran manipulador”, como lo llama la revista Time, es uno de los principales responsables de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) haya sido sometido a un renegociación y de que el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), que habría sido el mayor tratado multilateral en la historia, hoy sea letra muerta.

En menos de un año, Bannon ha dañado los intereses económicos de México, cuyo modelo de crecimiento basado en las exportaciones está íntimamente ligado al mercado estadounidense.

La figura de Bannon representa la voz del populismo que apela a la clase trabajadora de raza blanca, un estrato social profundamente golpeado por el cambio tecnológico y la globalización.

El pasado 18 de agosto, Steve Bannon renunció como jefe de estrategia de la administración de Trump. Su salida ocurrió en el contexto de un conflicto ideológico abierto al interior de la Casa Blanca entre del grupo del nacionalismo económico y el grupo de los globalistas; es decir, el status quo, representado por el expresidente de Goldman Sachs y actual director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn.

La figura de Bannon representa la voz del populismo que apela a la clase trabajadora de raza blanca, un estrato social profundamente golpeado por el cambio tecnológico y la globalización

El nacionalismo económico ha encontrado en la globalización a su mayor enemigo. La base electoral del presidente Trump, léase Bannon y su grupo, se oponen tajantemente al proceso de integración y globalización que ha dominado el curso de la economía global en las últimas tres décadas. Están en contra del libre comercio, de las instituciones multilaterales del sistema financiero  internacional y de la libre inmigración. Son el sustento que está detrás de las políticas y posicionamientos más estridentes de la administración de Trump.

El tufo nativista, escéptico de las élites, de este movimiento no es una casualidad política. Es el resultado de una dinámica económica que ha lastimado de manera particular a la clase trabajadora de los países industrializados.

“(El populismo) Es una llanto de ayuda de las comunidades que vieron pasar el crecimiento económico a su lado”
Raghuram RajanEconomista en jefe del Fondo Monetario Internacional (2003-2006)

Del deterioro al populismo

Un ejercicio del economista Branko Milamovic, cuyo trabajo se centra en el estudio de la desigualdad, muestra que la política económica de apertura que inició en las décadas de los 80 redituó un incremento notable en los ingresos de la clase media baja de las economías emergentes y del uno por ciento de la población de mayores ingresos de las economías avanzadas.

Sin embargo, los percentiles correspondientes a los trabajadores de las economías avanzadas prácticamente no obtuvieron ningún beneficio en términos de ingreso en todo este periodo. Esto se ha traducido en un deterioro de las comunidades de este estrato social. Un trabajo del Premio Nobel de Economía, Angus Deaton, y de la economista Anne Case, calcula que, entre 1999 y 2013, ocurrieron 500 mil muertes adicionales a la tendencia de largo plazo de hombres caucásicos por alcoholismo, suicidio o sobredosis.

 Tarde o temprano, este fenómeno derivaría en una nueva manifestación política. La elección de Donald Trump, cuya veta de independentismo es inusual en el sistema político estadounidense, es apenas el primer síntoma.

En su primer entrevista posterior a su salida de la Casa Blanca, Bannon aseguró que la competencia electoral en Estados Unidos ha dejado de ser  la disyuntiva entre demócratas y republicanos. “La única pregunta que tenemos ante nosotros es, ¿Tendremos un populismo de extrema izquierda o de extrema derecha? Y esa cuestión se resolverá en el 2020”.

Las palabras de Bannon no deben tomarse a la ligera. Hay razones suficientes para creer que este podría ser el escenario base de la siguiente elección estadounidense.

“La única pregunta que tenemos ante nosotros es, ¿tendremos un populismo de extrema izquierda o de extrema derecha? Y esa cuestión se resolverá en el 2020”
Steve BannonExestratega en jefe de la Casa Blanca

Desigualdad podría agravarse

La desigualdad de ingreso, puesta de relieve después de la crisis de 2008, podría agravarse aún más. El Foro Económico Mundial augura que el mundo está al borde de la Cuarta Revolución Industrial, un proceso de cambio tecnológico profundo marcado por el progreso de la inteligencia artificial y la automatización. De acuerdo a la consultoría McKinsey, el 50 por ciento de los empleos de la economía global podrían ser reemplazados por la robotización en el mediano plazo. Esto implica la pérdida de 1.2 mil millones de empleos y 14.6 billones de dólares en ingreso salarial.

Toda revolución industrial ha tenido un dramático proceso de ajuste económico y social. Esta vez no tendría por qué ser diferente.

De acuerdo a la consultoría McKinsey, el 50 por ciento de los empleos de la economía global podrían ser reemplazados por la robotización en el mediano plazo

El hecho de que las cinco empresas de mayor valor de capitalización de mercado sean firmas tecnológicas es visto como un indicio temprano de que la acumulación de capital y la preponderancia de los monopolios naturales en este sector incrementarán la brecha de desigualdad.

De acuerdo a un estudio de los economistas Thomas Piketty, Emmanuel Saez y Gabriel Zucman; el 1 por ciento de la población de mayores ingresos de Estados Unidos acumulaba alrededor del 11 por ciento de los ingresos antes de impuestos del país.

Actualmente, acumula más del 20 por ciento. En cambio, en este periodo, el 50 por ciento de la población de menores ingresos pasó de tener el 20 por ciento del ingreso  total a un 12 por ciento actual.

Cifras de la Universidad de Chicago muestran que en los últimos 30 años, la razón del factor trabajo como porcentaje del PIB ha caído alrededor de 10 por ciento en Estados Unidos.

Las figuras como Trump y Bannon, manifestaciones populistas, tienen una explicación económica. Raghuram Rajan, exfuncionario del FMI, resume así este fenómeno: “es una llanto de ayuda de las comunidades que vieron pasar el crecimiento económico a su lado”.

12%
De los ingresos (antes de impuestos) de EU están en manos del 50 por ciento de la población más pobre del país
 
1,200
Millones de empleos están en riesgo por la automatización de la Cuarta Revolución Industrial

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